martes, 6 de julio de 2010

WANDERLUST: La parte de los avipones

PERO ESTÁ EL OTRO. No hay que llamarle por su nombre. La palabra evoca, y en guaraní, ciertas palabras son demasiado evocadoras, no se dicen, existen, pero se callan. Cuando dicen “I love you” es como decir hola, incluso cuando alguien que no habla inglés lo raya en el pupitre, lo grafitea en una muralla o lo talla en un árbol: Es volátil. No se dice “rohayhu”, no con esa facilidad, es complicado explicar por qué, pero su pronunciación sobrepasa el pudor a lo cursi. No se lo nombra a él tampoco, la perífrasis es necesaria. Karai pyhare, mejor, o decir ése, aquél, lo otro. No se lo nombra porque nombrándolo se lo llama, o se evoca su imagen que en sí ya es demasiada aterrorización. Él no nos contagia el virus de ser él, no podemos ser él, podemos acercárnosle, inclusive, entablar cierta forma de amistad con él, que nunca es plena. Hacerle regalos puede implicar que él nos haga favores, pero una vez que los regalos cesan, es la ira. No lo vemos cabalmente, pero lo presentimos, e intuimos que es feo. Él está ahí.

La carreta cayó al río y mi bisabuela clamó por su ayuda. Éste la arrancó de las aguas y la arrojó a la orilla. Desde entonces, ella le donaba los regalos usuales. Y exigía que se lo respetara.

Pero también se le han atribuido crímenes. Muchas mujeres han relatado brutales violaciones que resultaron en embarazos, en su mayoría abortados; pero se le conocen hijos. “Ivaive pomberora'yfotokópia sédulagui”. Se ha sabido de hombres que recibieron golpizas, encomendadas por algún rival.

He conocido a una señor que solía presentar marcas de golpes en todo el cuerpo. “El pombéro me pegó”, me decía.

¿Pero quién es el pombéro? ¿Es un ser fantástico, un duende omnipresente que vaga por los poblados paraguayos? ¿Es una especie homínida desconocida? ¿Es una etnia ignorada que se refugia en los remanentes de montes junto a los poblados campesinos y en los baldíos de los suburbios? ¿Es el enemigo?

Y ESTÁS VOS.

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